Estamos en crisis. El que no se haya enterado ya es porque esta en el mismo universo paralelo que la profesora del Mayor, que no vive entre nosotros, vive con las hadas y los unicornios.

En fin, en crisis decía yo, y muchas empresas, para aumentar su clientela y expandir el negocio, dan un primer paso traduciendo su página web a fin de que usted, señor español probablemente forrado de pasta ( a lo mejor se tenían que gastar algo los de esta empresa en un estudio de mercado) deje sus euros a nuestro cuidado, que nosotros le daremos un gran servicio a cambio.

Curioseando en páginas web de estaciones de esquí, cosa que empiezo a hacer siempre tradicionalmente en septiembre porque tengo mucho vicio con la nieve-polvo, me encuentro esto que transcribo aquí lieralmente añadiendo mis graciosos comentarios:


Tarjeta de calidad del «FAMILLE PLUS MONTAGNE »

Las estaciones miembros se comprometen a respetar los 6 puntos siguientes :

1. Una recepción personalizada para las familias ( vale, bien)

2. De las animaciones adaptadas para todas las del la más pequeños edades ( problemas con los pronombres los tiene cualquiera)

3. El a lo sumo grande: a cada uno su tarifa ( aquí no queda claro lo que quiere decir, pero bueno, a cada cual lo suyo)

4. De las actividades para pequeños y grandes, a vivir separadamente o conjunto ( Pues eso)

5. Un servicio médico de proximidad para los pequeños bobos ( los pequeños bobos deben ser los puñeteros niños que se estampan contra las vallas y necesitan del servicio médico)

6. Niños acariciados por nuestros profesionales ( Esto ya me sobrepasa, yo no apunto a mi hijo a que lo acaricien, por muy profesionales que sean)

El guerrero Ninja es ducho en el manejo de diversas armas, algunas de ellas se encuentran en los sitios más insospechados.

 

Tiene casi cinco años, el pelo corto y negro, las orejas bastante grandes y los ojos marrones. Le gusta ir al parque, jugar con los otros niños, hacer agujeros en el suelo y perseguir piedras. Es de la familia aunque sea de otra especie, no vamos a discriminar a alguien por el mero hecho de ser un perro. Se llama Don Alfredo di Stéfano, dejando claras las filiaciones deportivas del Pater Familias, pero le llamamos Don, porque es mas corto, aunque mola bastante ir al veterinario y que salga la auxiliar a la sala de espera llamando a Don Alfredo di Stéfano.


El Don en misión super Nanny

 


Llegó a casa con unos meses, cuando El Mayor tenía casi un año. Desde el primer día quedó patente que era un teckel peculiar; todo el mundo dice que son animales de mucho carácter y que no son muy aptos para los niños, pero desde el primer momento El Mayor y el se olieron, se mordisquearon y por lo que parece se gustaron bastante, y Don decidió que el si era apto para niños. Apenas dos semanas después nos fuimos unos días a la playa con parte de la familia Samurai. Un grupo se bajó a la playa y se llevó al perro, que, en un descuido, decidió pirarse a investigar y le perdieron. Gracias a su olfato de cazador, en apenas veinte minutos localizó la casa (en la que el no había estado jamás) y esperó en la puerta hasta que le abrimos. Mientras tanto, mi cuñada y el resto que habían bajado a la playa se tiraron unas dos horas llamando al perro mientras el dormía en el que sería desde entonces su sitio favorito: debajo de la cuna. Durante esas vacaciones, si alguna noche el Samurai y yo salíamos a cenar dejando al niño al niño con sus tíos, Don se plantaba en la puerta de la habitación y no se movía hasta que volvíamos. Tenía solo cinco meses. 
 
Dios mio, los niños ya vuelven!!
El Mayor y el han crecido juntos, y cuando vino El Rubio continuamos con la ya clásica costumbre en la familia de que una de las primeras palabras que aprenden a decir es DON, aunque cuando se dirigen a el directamente muchas veces lo hacen ladrando. Para ellos el perro ha adquirido la categoría de hermano con todo lo que eso significa, que no siempre es bueno. Implica peleas, carreras, puteos varios, disfraces, pintura, rebozado en harina, baños en la piscina. Supone que si tienes las orejas largas y colganderas te las pongan alrededor de la cara y te llamen bella señorita. Conlleva que te abracen con todas sus fuerzas, te besuqueen la cabeza y te metan en la cama a dormir arropadito hasta el cuello.

!Pelea! Mi cosa favorita
 

Para mi Don es un extra de responsabilidad en algunos casos, porque entiendo que un perro necesita atenciones y tiempo que yo a veces no le puedo dar. Debería salir todos los días de una a dos horas a hacer ejercicio, y yo no tengo tanto tiempo, como mucho le saco al parque y le dejo a su aire, no me preocupo porque siempre vuelve. Pero también es mi arma secreta. Es el mejor de los despertadores, consigue que los niños asuman la responsabilidad de cuidarle y que aprendan que se debe tratar con respeto a los animales, no tienen problemas en quedarse jugando en su cuarto mientras yo me voy a la cocina porque el perro está con ellos. Consigue que El Mayor no tenga miedo a tener pesadillas. Cuando están muy a gusto en el sofá viendo la tele y no quieren ir al parque es el único que hace que se levanten, aunque siempre hay peleas por llevar la correa.





Les he visto con un gorrito de bebé y un carrito.Vienen a por mi. Me camuflaré entre los peluches
Nosotros le damos de comer, le bañamos y le proporcionamos una cama de perro (aunque el duerme siempre en una cama de cachorro humano con alguno de los dos), y el nos da su amistad y su lealtad incondicional, su vida entera. No tengo claro que sea un trato justo.
 
Muy bonito esto que has escrito,pero, ¿me haces el favor de sacarme a tu hijo de encima?

-Voy conduciendo de vuelta a casa tras recoger a los enanos del cole, el Mayor me da el corazón de la manzana que se acaba de comer y yo, para no manchar el asiento dejándola tirada por ahí y como es un resto bio degradable decido tirarla por la ventana del coche al campo que queda al lado de la carretera, así que la lanzo con todas mis fuerzas con la mala suerte de que la ventanilla estaba cerrada. Mascarilla regeneradora de manzana para mi pelo, compota de manzana por todo el coche y divorcio express en cuanto mi marido lea esto.

 

-          Volviendo a casa después de pasar la tarde en el parque cruza la calle con nosotros un señor muy viejecito y mi hijo mayor comenta como si nada “ Mamá, yo no me quiero morir de viejo como ese señor” . El pequeño James Dean (vive deprisa, muere joven y deja un cadáver bonito) recibe su primera mirada asesina, y yo, callada como una tumba, muy apropiado todo.

 

-          Miércoles, 4:00 A.m. un grito desgarrador cruza el pasillo: “mamaaa pipi”. El condicionamiento intensivo al que estamos sometiendo al Rubio para que deje el pañal tiene efectos insospechados. Se niega a mearse encima y yo no puedo hacer más que levantarme como un zombie, sentarle en el WC y rezar para que caiga todo dentro.

 

-          Mis hijos tienen un momento homenaje al Vaquilla, alegre bandolero, en una zapatería cuando cogen unas diademas de niña que tienen en un expositor y salen corriendo por la puerta y descojonándose mientras yo estoy esperando a firmar el recibo de la tarjeta de crédito. No nos denuncian porque soy cliente habitual. Aproximadamente una vez al mes tengo que ir a por unas zapatillas de deporte nuevas, ya que al parecer, el suelo del patio del colegio está hecho de papel de lija y las zapatillas no aguantan mas de tres semanas enteras.

 

-          Tengo un arranque de feminidad una noche tras acostar a las fieras y con el marido jugando al baloncesto y decido hacerme la manicura, sentarme con una copa de vino blanco y ver cualquier cosa en plan Sex and the City que pongan en Divinity. La cosa se jode cuando tengo que echar mano de unos alicates para abrir el frasco de pintauñas mientras farfullo palabrotas y me miro al espejo descubriendo que hace ya una semana que me tenía que haber depilado el entrecejo. En ese momento saco dos conclusiones: 1, hace demasiado tiempo que no me pinto las uñas y el esmalte se ha secado; 2, la cantidad de testosterona es tan elevada en mi casa que está empezando a afectarme seriamente.
Pues resulta que Luci, una mamá bloguera de pro con un blog muy chulo llamado Mami también exisite  ha tomado un descando en la tarea de perseguir al gordito pelón y me ha dado el premio 



Que yo recojo encantada y sigo las instrucciones que acompañan al galardón:

1. El premio se otorga a 7 blogs, los cuales al recibirlo también premiarán a otros 7 blogs y así sucesivamente. Cinco de ellos no deben tener más de 300 seguidores, los otros dos se eligen libremente.
2. No se podrá premiar nuevamente al blog que te lo entregó, pero sí nombrarlo.


3. El blog premiado, deberá reflejar el último comentario que le han escrito en su blog y decir 3 cosas que le gustan y 3 que no.


4. Si algún blog es premiado más de una vez, no podrá nominar a los mismos que en las anteriores ocasiones.



5. Y por último, debes avisar a los blogs premiados, para que recojan su premio.
 
Sobre mi, puedo decir que, entre las cosas que me gustan están leer todo lo legible, hacer un poco de deporte al aire libre ( en verano nadar, en invierno esquiar y correr en entretiempo) y luego, para compensar, tomarme una cervecita fresquita y unas patatas fritas en buena compañia. Y como cosas que no me gustan cuento la ineficiencia, el desorden y la pérdida absurda de tiempo ( a estas dos últimas, teniendo en cuenta que tengo dos hijos pequeños, me enfrento cada día) 
 
Y ahora, mis premios, aunque leo muchos más blogs, hoy he elegido estos, pero hay tantos recomendables que te vuleves loca.

La Madre Tigre. A esta mujer habría que dárselo solo por el hecho se tener cuatro hijas y seguir cuerda, pero es que encima escribe mucho y muy bien la jodía.

El largo camino de regreso a casa Por la lucha que sigue incansable hasta conseguir su objetivo. Es Ninja y aún no tiene a su peque.

VegeTupper Un padre, que hay pocos, y además cocinillas; como para no darle un premio!

Mi pequeño dragón Muy bonito, con unas fotos muy chulas y escrito no para nosotros que lo cotilleamos, sino para sus hijos.

Para mi peque con amor manualidades fáciles y reales ( no las de Martha Stuart, que no las hacen ni en quinto de bellas artes) para hacer con los niños. Recursos sin fin.

Batallitas de mamá Contando el día a día con naturaliadad y mucho arte.

Urban mom Al pie del cañon de las madres reivindicativas. Conciliación real ya!!






 
 
 


“Respira hondo, joven guerrero Ninja, cada cosa a su tiempo”

 

Domingo, 8:00 A.m. La maldita costumbre de madrugar que he adquirido no me deja dormir mas, pero la casa está en silencio, así que decido aprovechar esos primeros ratos del domingo (el día que nos fue dado por el Señor para limpiar los baños) y desayunar tranquilamente yo sola.

 

Bajo las escaleras cada vez más motivada por tomarme mi café con leche y mi tostada de aceite con tomate en la terraza, hace muy buen día. Canturreo en la cocina mientras saco la taza y un plato para la tostada y en esto que escucho las pisadas de unos piececitos por las escaleras. Me quedo quieta y semi-agazapada, como un conejo en una autopista, esperando el momento del impacto. “Mamá, me dijiste que hoy me ayudarías a montar el playmobil” Malditaseamisuerte. El puto playmobil. El Mayor aparece en la cocina con su caja por abrir y su mirada de “me lo prometiste”. “¿No quieres desayunar primero?” “No, luego cuando se despierte el Rubio”. Vale, la caja es pequeña, no hay mucho que montar, si lo hago deprisa le dejo entretenido y hasta que se despierte el otro aún puedo disfrutar de mi desayuno al solecito.

 

En este último año he desarrollado una destreza sin par en montar playmóbiles. La primera vez el maldito zoo del demonio me costó casi cuatro días de trabajos forzados, pero ahora ya nos conocemos las piezas y yo. Dejo montada la oficina de sheriff y corro a la cocina. Hago café, tuesto el pan, lo llevo todo a la mesa y en el instante en el que mi culo se posa en la silla oigo “Mamaaaaa” ¿Qué pasa? ¿Qué tenéis cámaras espía por la casa? ¿Cómo hacéis para llamar siempre en el momento justo para fastidiar lo máximo posible? El Rubio está despierto, pero hay esperanza. Si se queda jugando con su hermano el rato suficiente, aún me puedo tomas el café caliente. Les dejo jugando en amor y compañía y voy a sentarme, el café sigue caliente y la tostada está aceptable. Justo en el momento en el que me estoy acercando el pan a la boca noto a mi espalda al Rubio que se acerca con paso vacilante. El olor le precede, ya se a lo que viene. “Mama, caca”. Hay que joderse, se me quitan hasta las ganas de comer. Señoras que no consiguen superar los dos días de dieta, prueben a cambiar un pañal apestoso en lugar de comerse un donuts.

 

Le quito el pañal, le limpio y cuando se ve libre de la braga opresora de celulosa sale corriendo a la cocina con la picha al aire gritando que quiere choco crispis. El Mayor responde a la llamada y se sienta en la cocina cuchara en ristre. ¿Que tipo de mala madre antepondría su desayuno al de sus amados hijos, aunque este último se prolongue en el tiempo unos treinta minutos? Yo, desde luego no. Cuando terminan de comer salgo a la terraza y observo con tristeza mi café frío y mi tostada mustia y aparece el Samurai “¿has desayunado? “ NO ME HABLES”.
Hoy, a la salida de Nuevos Ministerios, una señora muy mayor, española y con lágrimas en los ojos pedía limosna.Se me ha roto el alma. Le he dado algo pero no me he parado a preguntar que pasaba, no creo que se haya quedado sin trabajo, no a su edad. ¿Mantiene a sus hijos con la pensión? ¿No le queda para comer? ¿Como es posible que después de estar muchos años trabajando acabes pidiendo limosna? ¿Nos espera lo mismo a nosotros?. Estoy triste y cabreada. El sábado voy a salir a gritarlo a la calle, no se si servirá de algo, hay días que tengo esperanza y días que no. Lo que se es que no tengo ganas de que esto siga a mas, no quiero que haya señoras como la del metro, como la que vende kleenex por la calle Santa Engracia, como la chica de 20 años que ha estado últimamente con su mochila y sus cartones acurrucada en un cajero de la calle Rios Rosas. Ya está bien.
Hoy, os recomiendo que os paséis por el blog de un amigo, padre y héroe ecológico que se ha propuesto que todos comamos mejor y más barato.

Es un blog con muy buena pinta que nos puede ayudar a las Madres Ninja ( y a cualquiera en realidad, pero yo barro para mi casa) a innovar en el tema, cada vez mas complicado y espinoso, de darles verdura a los enanos. Por ahora con el puré de verdura vamos tirando, pero ¿hay vida mas allá? ¿ habrá algo que les alegre la cara a las acelgas? ( a las de la Madre Tigre no, a las normales) ¿conseguiremos que engullan las espinacas como si de salchichas de Frankfurt se tratara? La respuesta a estas y otras preguntas haciendo clik regularmente aquí: http://vegetupper.blogspot.com.es/



Cuando se acaba el verano se enfrenta una de nuevo con la vuelta a los horarios y los madrugones, con la sensación de lo poco que ha durado lo bueno y la falta clara de perspectivas en la vida. Los señores que se hacen ricos aprovechando la debilidad de la masa lo saben y por eso inventaron hace tiempo el cambio de temporada en las tendencias de moda. Así, una se enfrenta a septiembre con algo de ilusión, con la idea de ver que se llevará, cuales serán las arriesgadas propuestas de los diseñadores, y, si Amancio tiene suerte, y siempre la tiene, correremos a las tiendas a buscar alguna prenda que nos haga sentir mega fashion y que de paso, disimule los cuatro kilos que te has pillado en verano.

 

Ahora, todas sabemos que eso de novedades de temporada otoño-invierno hay que mirarlo detenidamente. Porque yo, desde que tengo uso de razón fashionista, siempre en los especiales del Vogue de septiembre te aparecen con lo mismo: cuero, piel, punto, estilo militar, estilo masculino, estampado tartán, colores gris, negro, granate (que, con toda la cara del mundo le llaman “burgundy” y ale, un color nuevo). Vamos, que tienes que mirar la fecha de la revista para ver si es de este año o de hace cuatro. Si, meten alguna novedad que se perderá la temporada siguiente por lo que no merece la pena ni recordarla.

 

Y de esto me doy cuenta yo, que no tengo ni puñetera idea de moda. Aunque me guste siempre mirar las revistas y los blogs, luego me pongo lo primero que pillo y hay días que me miro en el espejo del baño del curro y me doy cuenta de que a primera hora mi cerebro no rige correctamente. Que le voy a hacer. Pero, como mínimo consigo aplicar al vestuario un algo de coherencia con mi edad y el cuerpo que me queda tras los dos embarazos. Por eso, he decidido que hay ciertas cosas que ya no me puedo poner, y esto amigas es mucho más de lo que puede decir Ana Obregón.

 

La lista de los imposibles (ojo, imposibles para mi, las chavalas de las fotos van perfectas) es la siguiente:


      Vestidos cortos y ajustados. Aún me quiero y me tengo respeto a mi misma como para hacerme esto.

                    
                Escotes profundos. Muy profundos tienen que ser para que se vislumbre algo de  las tetas que me dejó la lactancia
 

Pantalones de cintura alta. Si a las chavalas de 20 años les sientan como un tiro no te explico cómo me quedarán a mi.
 

Mega-tacones. Si eres el que gana todos los años la carrera con tacones de las fiestas de Chueca, adelante. Si eres una madre con dos niños ni se te ocurra.
 
 

      Tops ombligueros. Particularmente, los que se han visto en la red este verano dejan ver esa parte de mi tripa que antes era de piel y que ahora es de gelatina.
 
 

       Mezclas surrealistas. No me acabo yo de ver en el mercadona con un chaleco de vaquero años 70 y los pantalones galaxia…..
 

        Pantalones cortos vaqueros. Las chicas enseñan los bolsillos, yo enseñaría la celulitis. No es lo mismo.
 

     Pantalones cortos vaqueros con medias negras. Esto solo se lo perdono a las chavalas de quince años, porque se que cuando miren esas fotos dentro de diez años sentirán lo mismo que siento yo cuando miro las mías con pantalones ciclistas, la sudadera de amarras y las cejas sin depilar.
 
                
               Abrigo Yeti. Seamos serios

El sabio guerrero Ninja no teme solo a sus enemigos, también teme a los amigos de sus enemigos.

 

La Madre Ninja ha comprobado que, para su desgracia, la unión hace la fuerza y que si sus hijos por separado son peligrosos, juntos son letales.

 

El cambio más importante que he observado este verano en mis retoños es que han empezado a llevarse bien. Antes no, antes cualquier excusa era buena para zurrarse y el rato que no se zurraban se ignoraban. Ahora han hecho equipo. Estoy jodida.

 

Son, además, un equipo perfectamente coordinado, El Mayor es el cerebro y El Rubio, el rechoncho el brazo ejecutor. Una de las cosas que más le gusta al Mayor desde que tomó conciencia como tal es mandar, y ha descubierto que su hermano obedece a todo sin rechistar, lo que le ha hecho pasar de hermano a amigo/compinche/siervo en pocos días. Por ejemplo, jugar a los gormitis antes era la manera más rápida de que uno de los dos apareciera llorando porque su hermano le había estampado la casa árbol en la cabeza. Ahora el juego se soluciona cuando el Mayor dice: “yo me quedo con todos estos y te dejo a ti el que está sin cabeza y sin un brazo, ¿vale? “ Y El Rubio, que es un entusiasta y lo ve todo siempre en positivo, exclama alegremente “¡¡vale!!”

 

Pero claro, jugando civilizadamente no se divierte uno tanto. Es normal, por qué te vas a sentar a pintar como un panoli cuando puedes estar saltando desde la parte más alta del sofá de rodillas a una montaña de cojines puestos en el suelo. Eso si, las medidas de seguridad han de estar estrictamente homologadas, y para eso, lo mejor es hacer la montaña de cojines y ordenar al Rubio que se lance primero. Si no se fractura las rótulas, es seguro, podemos saltar. Si se golpea y llama a Mamá, se ha caído y yo ni lo he visto ni se como.

 

Y así, hemos pasado el verano descubriendo nuevos y apasionante juegos como lanzar a la mayor distancia posible unos palos de golf (que son del Bob Esponja, pero que están hechos de metal), quitar la alfombrilla anti deslizante de la bañera y resbalar por dentro hasta quedar a milímetros de los grifos, golpear un cardo con unos palos hasta que uno se pinche y el otro se descojone, tirarnos de las pichas, dar un manotazo en el culo a una mujer en el supermercado y salir corriendo o utilizar las pinzas de la cocina para rescatar muñequitos que previamente hemos tirado al water.

 

Para mi el verano no ha sido tan divertido en ese sentido. He tenido que hacer gala de toda mi habilidad Ninja para detener caídas, rescatar niños colgantes    (o animales colgantes, Santo Perro) y evitar visitas al hospital, que no estamos aún en temporada de mocos y no quiero agotar mi paciencia en urgencias antes de tiempo. Pero mi labor no ha sido ni comprendida ni valorada por mis descendientes, porque cuando les castigué cada uno a su cuarto después de  verles en el jardín junto a la pila de troncos para la chimenea, cada uno con un tronco en una mano, frente a frente y gritando “guerra de troncos”, en lugar de agradecerme el hecho de que aún conserven dientes, se quedaron muy resentidos conmigo. Lo que mas les dolió no fue el castigo, fue la separación, o al menos así me lo hizo saber El Mayor cuando echando mano de su talento dramático me dijo “ no te odio porque me hayas castigado, te odio porque me has quitado a mi hermano”. Se avecina un duro y largo invierno.
El guerrero Ninja ha de ser paciente. Debe aprender a esperar en las sombras hasta el momento indicado para el ataque.

La Madre Ninja cuenta con la paciencia entre sus armas más valiosas. Porque o la tiene o muere. No hay término medio. Si no es capaz de tener paciencia durante los cuarenta y cinco minutos que tarda su hijo en bajar un tramo de escaleras se tira por la ventana y muere. Si no es capaz de permanecer sentada en la cocina mientras su hijo hace bola hasta con el cola-cao por las mañanas se clava un cuchillo y muere. Si no es capaz de esperar pacientemente a que su hijo de cinco años se ponga las zapatillas (se las pondría yo en cero coma, pero no estoy dispuesta a hacerlo hasta que cumpla treinta años) mete los dedos en el enchufe y muere.

La paciencia es cuestión de vida o muerte. La futura Madre Ninja debe practicar para aumentar al límite su paciencia con ejercicios como explicarle que es Internet a mi abuela, asistir a una charla en la convención internacional de tartamudos o hacer algún tipo de solicitud en una oficina de la administración pública (y si hay huevos, interponer luego varios recursos). Una vez alcanzado el nivel óptimo de paciencia ya puede una enfrentarse a las criaturas.

Un día cualquiera por la tarde, observo que los niños están inquietos y que no han quemado la suficiente cantidad de energía para poder acostarlos temprano sin que me organicen un motín; así que pregunto al respetable: ¿nos vamos al parque en bici? A lo que ellos responden con un siiii eufórico, que yo, ahora lo se, no tenía que haberme tomado tan al pie de la letra, porque el Rubio responde con en mismo siii a preguntas como ¿vamos al médico? ¿te corto las uñas? ¿te comes el brócoli? Pero, con valor y coraje salimos por la puerta dirección al parque, que no pilla tan lejos también es verdad, El Mayor con su bici sin ruedines en la que aún no confía mucho, y El Rubio con el invento ese que es como una bici sin pedales. Y a mi, como me parecía poco, me entra la enajenación transitoria y me llevo al perro.

Así partió la caravana de la muerte, El Mayor delante, poniendo el pie en el suelo cada 10 metros o cada vez que pasaba un coche chillando “¡¡me va a atropellar!!”, El Rubio renegando de los avances técnicos alemanes en materia de bicis con un razonamiento aplastante “ esto no gusta, esto no moto” ( he aquí el porque somos tan buenos los españoles en motociclismo), y el perro tirando de la correa con toda su fuerza de perro salchicha para, aprovechando un descuido mío en el que intentaba convencer al Mayor de que era difícil que le atropellaran si no se bajaba de la acera, localizar una boñiga de un perro mayor que el y que seguramente había comido algo interesante y rebozarse en ella como si de aceite de rosa mosqueta se tratara.   

De manera que a escasos 200metros de mi casa me encontré que, con una mano empujaba la bici del Mayor con el encima para hacer de escudo humano anti-coches mientras corríamos detrás del Rubio, que con la bici no se movía pero a dos piernas corría que se las pelaba mientras en la otra mano cargaba con la bici sin pedales y tiraba de un perro oliendo a mierda. Yo todo esto a las 17:00 ¡la tarde es joven!

¿Paciencia? Si, paciencia tengo un montón, tengo hasta la que me pide el señor Rajoy (paga extra, eso si que no tengo, pero paciencia…) Paciencia como un síntoma de evolución, algo que ha cambiado en el gen de las madres para asegurar su supervivencia; porque si no, yo esa tarde me habría arrojado bajo las ruedas del primer camión que pasara. Y muerte