Duros, muy duros momentos le
esperan a un guerrero Ninja. El ha oído a los ancianos hablar de las crueles
batallas de la guerra de Onin o del asedio de Fushimi por las fuerzas del
Ejército del Oeste, pero sabe que, hasta que no llegue su hora, no podrá sentir
el dolor en su propio cuerpo, no podrá superar sus límites, no verá el color de
su sangre.
Las cosas como son, el
embarazo empieza con molestias, sigue con vómitos, continúa con dolores de
espalda, encara la recta final con miembros hinchados y ganas de matar al
marido y termina con mucho dolor. Si, el parto duele, ya está bien de engaños y
de buenismo, leches, que no somos niñas pequeñas. Duele que te cagas. Hay gente
a la que le duele menos y gente a la que le duele más, pero doler, duele. Otra cosa es que nosotras seamos capaces no
solo de aguantarlo sino de repetirlo, no nos quiten mérito señores ginecólogos
del pleistoceno (esos que dicen, “ ay, ya se está quejando, si no duele”).
Esto es lo que tu has visto en las revistas |
Esto es lo que hay en realidad |
Empecemos por el
principio. Tu Samurai y tú, ilusionados de la vida, comprobáis cómo le salen
dos rayitas al test de embarazo y tu te las prometes muy felices, no en vano,
has visto muchas películas en las que la embarazada está alegre y radiante,
luego tiene un pequeño episodio, siempre divertido, relacionado con los antojos
y al final, va al hospital, suda un poco, pega cuatro gritos y da a luz justo
cuando suena la musiquita emotiva. Pan comido.
Pero nadie te cuenta la
verdad, bueno, si, tu madre y/o tu abuela te cuentan su horrible parto estilo
la matanza de Texas horas antes de ir al hospital, pero nadie te cuenta que el
primer trimestre las hormonas se levantan y te montan un 15M de consecuencias
devastadoras para tu piel, tu pelo y tu sistema nervioso. Yo leí algo del tipo “cuando
estás embarazada tienes la piel radiante, el pelo más sedoso y tus ojos
irradian chispas de felicidad”. Yo solo puedo decir que a mi me salieron un
millón de granos, se me caía el pelo a mechones y mis ojos irradiaban chispazos
de locura asesina.
Alguna habrá que se quede así |
Pero la mayoría estábamos como esta mujer que se comió a Salma Hayek |
En el segundo trimestre
empieza a salir la tripa. Esto hace bastante ilusión, porque hablamos de una
tripa redonda y divertida, que casi no pesa. Es un momento de calma que precede
a la tormenta. A medida que avanzan las semanas la tripa empieza a hacerse con
el control del cuerpo. Necesita espacio, así que oprime tus órganos internos
sin pudor; si intentas tumbarte boca arriba, aplastará tus pulmones, si se te
ocurre comer, presionará tu esófago hasta que los ardores te hagan plantearte
si has bebido tequila a palo seco en lugar de agua, si necesitas moverte, tu
espalda y tus riñones se verán impotentes a la hora de sujetar el barrigón y
tus piernas se arquearán para mantener el equilibrio, lo que te hará parecer
Gozilla con hemorroides ( ah si, hemorroides, eso viene luego). La piel, que
nunca se ha visto en una situación de semejante estrés, acaba por claudicar, y
te aparecen unas líneas rojitas, a juego con el manchurrón negro que va del
ombligo para abajo, que luego se ponen blancas y ya se quedan contigo a vivir
porque te cogen cariño.
Angelina Jolie mutando en Mosterrat Caballe por obra y gracia de las hormonas |
Y ahí estás tu, semana 40,
mes de agosto, el niño que no sale. Dedos de manos y pies como morcillas de
Burgos, tobillos desaparecidos en combate, más de cuatro días estreñida y una
mala hostia que te viene de no sabes dónde y de la que piensas tirar en el
momento en el que te digan “empuja”.
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comentarios
Comments ( 4 )
O_O ¡Pero si yo he comentado este post!
Bueno, te decía que yo tuve un embarazo fantástico, así que no me encuentro nada identificada con este post... Ni una molestia, ni una mala gana, perdí peso (del mío) y tenía un pelo y un cutis maravilloso...
Di que sí, fuera romanticismos... Para mí una vez más lo has clavado... a lo que habría que añadir una ciática en el primero y una amenaza de parto prematuro en el segundo. Eso por no hablar de la mega-episiotomía del primero y... EL POST-PARTO!! En mi opinión, eso se merecería otro post ;oP
Bueno, la verdad que hay embarazos y embarazos. Por tu post, parece que el tuyo no fue de los mejores, eso es una tómbola y no se puede elegir esta claro.
El mío no puedo decir que fuera malo, tan solo me dejó una lumbalgia en el octavo mes, pero si que reconozco que fui de las del pelo y la piel mejor que nunca, y por suerte perdí todo lo que gané en el parto. Aunque eso no asegura que el siguiente sea igual, así que tomaré nota de tu post :)
Madre ninja me has ganado :) yo fui de las Salmas por lo mexicana y por comerme a mi misma...
Ahí te dejo mi versión de los hecho pero vamos ¡que nos cuenten un cuento de hadas que somos las putas brujas que saben la maldición! :)
http://desmadreando.com/2012/04/03/la-maternidad-real-en-imagenes/
besote desmadroso