“Has de saber, joven guerrero Ninja, que el tiempo es
un bien preciado que no debes desaprovechar”
El despertador suena a las
seis y media de la mañana. No es mi hora habitual de despertarme, pero hoy el
Samurai tiene que salir de viaje y no puede llevar a los niños al cole, por
eso, me quedo yo y llego un poco tarde a currar con el beneplácito de mi santa
jefa. Hasta las siete y media no levanto a la tropa, pero me despierto antes
para poder disfrutar de las cosas de las que disfruto cada mañana en un día
normal; ducharme sola, desayunar, hojear el periódico digital… es una hora que
pasa demasiado pronto. A las siete y media me coloco la armadura, cojo los
shuriken (o estrellas Ninja, que lo he leído en el Wikipedia) y me dispongo
para la batalla.
Uso al perro para despertar
a los niños arrojándolo a la cama, una cosa que a ellos les encanta
incomprensiblemente (si me arrojo yo me llevo una patada) y trato de que se
vistan o algo parecido. Últimamente el Rubio está de un trendsetter con los
calcetines que no hay quien le aguante. Le puedes poner una camiseta de
princesas disney y unos pantalones dos tallas mas pequeñas y no dice ni pío;
ahora, como no le gusten los calcetines tienes un problema. Opto por abrirle el
cajón y que el escoja libremente. Como no se decide entre unos de Mickey y
otros de Spiderman le pongo uno de cada y apañaos.
Les dejo desayunando y voy
preparando las mochilas y cargando el coche, como no, se me ha echado la hora
encima. Cuando pasan diez minutos de las nueve cierran la puerta del cole y hay
que entrar por secretaría donde poco más o menos te rocían con brea y te cubren
de plumas, así que hay que darse prisa. Oigo cachondeo en la cocina, cachondeo
incompatible con terminarse los chococrispis, me asomo y el Rubio está haciendo
el baile del pollo mientras el Mayor tira los crispis por el suelo llamando a
las gallinas. No tengo tiempo, ni de valorar la performance en su justa medida,
ni de recoger los crispis (El Don está haciendo su trabajo a este respecto) ni
de que desayunen otra vez, así que los meto en el coche con un zumo y una
magdalena cada uno. Si algún día llegamos a un juicio de divorcio, el Samurai
argumentará como diferencia irreconciliable el tema de las magdalenas y el zumo
en el coche.
Llegamos al cole y tengo las
pulsaciones a 140 aproximadamente. En cuanto paro el coche se sueltan el
cinturón y se ponen de pie en los asientos intentando salir por cualquier
puerta menos por la suya. Pesco al Mayor y lo saco de un brazo aprovechando el
movimiento para ponerle el abrigo, pero el Rubio ha conseguido llegar a la
parte delantera pisando entre los dos asientos, justo en el sitio en el que
había dejado el zumo y provocando un tsunami de piña y uva. El divorcio es un hecho. Cuando les tengo fuera del coche
miro el reloj, las 9:09, venga, que llego. Me cuelgo las mochilas al cuello, me
engancho un niño debajo de cada brazo y hecho a correr todo lo deprisa que me
dan los tacones. Al cruzar la puerta del cole me he transformado en Arnold
Schwartzenegger en poli de guardería; abro la puerta de una clase,lanzo a un
niño y antes de escuchar que esa no es su clase, lanzo al siguiente en la
primera que pillo. Llevan su nombre y su clase en las mochilas, que les
distribuyan ellos, a mi me queda una hora de atasco antes de llega a currar.
6:41
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comentarios
Comments ( 13 )
¡¡Ja-mía-del-amor-hermoso!!
¡¡Qué estressss!!
Está mal-fatal reirse de las desgracias ajenas pero... chica, no he podido evitarlo, es que lo de la performance es mucho.
Pero piensa que tienes un niño artista y estiloso ¡qué más quieres!
Besis
Jajaja, es buenísimo, me he visto reflejada por cierto. Otra cosilla, me etoy volviendo loca o no hay manera de suscribirse a este blog?????
Me parto contigo como siempre!! Esa camiseta de princesas, esa resolución salomónica de los calcetines!!!
Una ex compi me contó que en su cole de La Línea tiraban a los niños por encima de la valla cuando cerraban la puerta. Estarían entrenando para algún deporte olímpico (o para buscar a la Virgen del Rocío, vete a saber...)
jajaja como disfruto con tus post, es que te imagino completamente y me parto de risa yo sola
Un beso
Blanca
Jajajaja. Estás hecha una Schwartzenegger de la maternidad ;P
Lo de los calcetines es un misterio,se puede pasar 20minutos mirando el cajón hasta que coje los que le gustan,y muchas veces son los que intente ponerle yo al principio!! Cuanto daño ha hecho la moda
Pues no tengo ni idea, la verdad, me pongo a ver como hago eso de las suscripciones luego en el curro si tengo un rato. Gracias!
Jaja, hay que dejar a los niños en el colé como sea, lanzándolos por la verja,metiéndolos en el reparto de fruta del comedor...como sea!!
Yo es que o me río o acabo en el psiquiátrico, no tengo más solución. Un beso!
Las madres somos todas heroínas de acción,lo que pasa es que en Hollywood no han hecho la peli todavía
Jajajaj eres de las mías con los calcetines, así de apañaos :)
Vaya mañana en solo 2 horas, luego debes de llegar al curro y echarte la siesta por lo menos no?
Besotes!
Magnífico relato. Pero un poco agobiante, mira que nos levantamos pronto para poder dsifrutar de un poco de tranquilidad antes de empezar el día con fuerzas y ánimos. El asunto de los calcetines tiene tela, sabe que no se ven, no?
Madre mía! M parto d risa!!!
M recuerdas a mí, alguna mañana.
Saludos