Bueno, pues
ya estamos. Por fin llegó octubre y con él las rutinas normales. Como por lo
visto en el mes de septiembre hace mucho calor, los niños salen del colegio a
la una, (o a las tres si se quedan al comedor) que es una hora que, como todo
el mundo sabe, no solo es muchísimo más fresca que las cuatro de la tarde sino
que además a las madres que trabajamos nos viene de lujo para ir corriendo a
todas partes y con el corazón en la boca como única cosa que podemos comer al
medio día. Esta es la maravillosa forma que nuestras consejerías de educación
han encontrado para que hagamos ejercicio y perdamos los kilos de más del
verano, no seré yo la que ponga pegas.
Además,
gracias a este mes de entrenamientos intensivos me veo en forma y dispuesta
para coordinar las agendas extraescolares de mis tres vástagos. En realidad de
los vástagos con picha, la otra pobre bastante tiene con tomarse la papilla de
fruta para merendar con la poca gracia que le hace.
Pienso que
las extraescolares deben ser actividades que elijan los propios niños, ya que
deben también ir decidiendo cuáles son sus aficiones, así que a la pregunta - ¿a
qué os queréis apuntar este año? La respuesta lógica fue – FUTBOL. Y lo que hubiera fardado yo con un niño
apuntado al taller de inteligencia emocional y otro a clases de teatro en
inglés. Vale, pues futbol.
Lo que pasó
fue que, tras la decisión estaba intranquila. Lo del futbol, como deporte está
bien, pero, ¿no debería yo, como responsable de la educación de mis hijos,
ocuparme de que tengan una formación más amplia? ¿No estaré siendo negligente y
malamadre? ¿Y si luego en un futuro me echan en cara que ellos son los únicos
de sus amigos que no tocan el sitar o hablan chino? Así que me meto en internet
y localizo a una profesora que da clases particulares de piano. En casa hay un
piano que nadie sabe tocar y que hemos heredado, que está en el salón porque no
cabe en otro sitio y que ya iba siendo hora de valga para algo más que para
colocar la flamenca y el pañito de mi abuela.
A las 17:30
tenía prevista su llegada la profesora. Insistí a los niños para que se lavaran
las manos y se asearan mínimamente. En el preciso instante en el que suena el
timbre de la puerta, observo por el rabillo del ojo como, por primera y única
vez en su vida, el Rubio me hacía caso a la primera y, para asearse, se
pulverizaba con el desodorante de su padre, axilas, pecho y parte de la cara. Haciendo
uso de mi auto-control ninja transformo en - ¡un momentito! el grito de –
mecagoentodostusmuertosdesgraciao- que luchaba por salir de mi garganta. Con una
sola mano (con la otra sostengo permanentemente a la Gordi) le quito la
camiseta y consigo que se ponga otra; medida que no elimina el olor a “ Axe
Marine” sorprendentemente inusual en un niño de cuatro años.
Decido no
mencionar el tema del desodorante y la profesora, que sin duda se estaba dando
cuenta, tampoco lo menciona, con lo que empiezan la clase. Yo me retiro a mis
labores en la cocina, ya que necesito un mínimo de una hora para preparar la
cena porque sólo dispongo de una mano. Desde la cocina escucho cómo avanza la
lección de piano:
Profesora: Vamos a
aprender la escala musical. Do, Re, Mi ¿cuál sigue?
Rubio: Caca
Mayor: Jajajajaj
Profesora: No cariño, a
ver, tú que eres más mayor
Mayor: Caca
Profesora: No, venga a
ver, tú, mira, esta es Fa ¿puedes
tocarla? No, con el pie no, con la mano
Rubio: Caca
Mayor: Esto es un royo, ¿no
sabes tocar la guitarra eléctrica?
Y así la que probablemente fuera la
hora más larga en la vida de esa mujer. Su cara lo dijo todo cuando me comentó
que, probablemente aún no fueran lo suficientemente maduros para dar clases de
música y que lo mejor era esperar otro año.
De esto he aprendido que no hay que
forzar a los niños y que su tiempo libre fuera del cole es para hacer lo que
les gusta, ah, y que el desodorante mejor en el estante de arriba.
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comentarios
Comments ( 8 )
El maravilloso mundo de las actividades con niños... Pobre mujer!
Jajajajajajja es que me parto con tus hijos, vaya tela, lo del desodorante tuvo,que ser buenísimo en la cara de la profesora XD
Me parto!!
A la peque la apuntamos a judo con la hermana mayor, que le encanta, pero a la tercera clase vino quejándose de que no le gusta, que se pegan y la tiran por el suelo!!
Ninjas aprendiendo a tocar el piano.
Caca.
¡La guitarra eléctrica! Jajaja muy fan del mayor! Pobre profe..
Lloro de risa con tus hijos. Te tienen que publicar un libro con vuestras aventuras ninja... sería la leche ¡eres una campeona, te admiro por ese autocontrol!
Vaya niños Ninja de pura cepa :) .... Yo estoy en periodo de adaptación aún, por lo menos hasta el mes que viene no apunto al mayor a nada, llevo fatal esos de salir escopetada del cole, aparcar malamante, llegar comiendo corazón y hacer tiempo hasta que sale mientras me peleo con mi Pequeño Dragón por que se aburre... una vez pasado octubre, cuando venga el fresquete hablamos, lo mismo hay suerte y nos quedamos sin plazas libres, ya hago yo las extraescolares en casa, que aún me dejan y eso sí al futbol me niego, que luego encima tienen partido el sábado.
Besotes
¡Jajaja! Mujer ¿para qué te la juegas con algo que no sea fútbol? Mira que te lo decían bien clarito. Esos bichillos son capaces de descentrar a cualquiera ¡pobre profesora de música!
Venía yo sospechando algo parecido cuando apunté a Caradefresa a clases de ajedrez y el primer día salió diciendo que ya sabía.
Hoy tenemos clase de yoga. Ya te contaré.