DÍA 1: Recién
aterrizados en el aeropuerto de Barajas (Adolfo Suarez-Barajas para más señas)
a las seis de la tarde y sin parar prácticamente ni a mear, pondrán rumbo su
marido de usted, su prole de usted la propia usted a Barcelona. 500 kilómetros más
o menos de baile del tallarín, contorsionismo para alcanzar el chupete caído
cada media hora y tensión máxima cuando ya no queda ni un mísero gusanito con
el que aplacar a las fieras unido al llamado “síndrome de la madre viajera”
producido por la necesidad de toda madre de viajar con treinta bolsas a los
pies si va en el asiento del copiloto, hará milagros en brazos, espalda y
piernas.
Por si esto
fuera poco, el día se completa con la llegada a Barcelona a las 12 de la noche
y el descubrimiento de que no tienen entre sus treinta bolsas la de los mini
bricks de leche para el biberón de la niña, sin el cual esta se niega a
dormirse. Carrerita ligera a la recepción
del hotel para adquirir lo más parecido a la leche que en ese momento
tengan: un cacaolat. Con todo su azúcar. Gracias al chute de glucosa, la niña
optará por correr de un lado a otro de la habitación durante una hora
aproximadamente y usted aprovechará para trabajar abductores y glúteos mientras
sujeta a la criatura en su carrera.
GASTO CALÓRICO
TOTAL: 5.000 calorías
DÍA 2:
Aproveche las posibilidades infinitas de ocio de Barcelona a bordo de su
vehículo. A las diez de la mañana. No me diga le se asusta usted del tráfico, ¡que
usted es de Madrid! Los coches negros esos que ve usted son taxis, y cada vez que
uno le pasa rozando pierde usted 500 calorías ¿no es maravilloso? Para
completar la sesión de la mañana, su hija decidirá chillar y berrear ante la
pérdida del chupete y, de alguna manera, conseguirá deslizar un brazo por
debajo de la correa que la sujeta a la silla y darse la vuelta hasta quedar
atrapada y medio ahogada contra el respaldo. Siempre buscando la manera de que
queme usted la mayor cantidad posible de calorías, su hijo mayor gritará “¡la
niña se está ahogando!”. Frenazo en el semáforo y giro completo de torso hacia
atrás para liberar a la rubia. Los coches negros que pitan como descosidos
siguen siendo taxis.
A
continuación, pasará usted a la sauna; y con “sauna” nos referimos al acuario
de Barcelona atestado de turistas que acaban de salir por miles de algún
crucero. Su hijo el mediano (el artista antes conocido como El Rubio)
conseguirá mejorar su rendimiento físico desapareciendo aproximadamente 15
minutos, que para usted serán como 15 horas. Cuando consiga encontrarlo gracias
a la labor de las chicas que venden las fotografías a la salida, entrenadas
como nadie en localizar e identificar gente que ven en una foto, habrá quemado
usted las calorías de todo el mes.
GASTO
CALÓRICO TOTAL: 12.000 calorías
DIA 3: Como
tampoco queremos que sufra usted un infarto, la sesión del tercer día se
desarrolla en Cosmocaixa, que se aparca bien y hay menos gente. El trabajo
físico se centra aquí en los reflejos y la rapidez. Soltaremos a los niños en
la sala de los experimentos y usted deberá correr tras ellos agrupándolos una y
otra vez; una misión casi imposible ya que todo les llama la atención. El pico
máximo de pulsaciones se alcanzará en el momento en el que El Mediano (cada día
menos Rubio) decida lamer un enorme bloque de hielo que hay en la sala de la
materia y se quede pegado como en los dibujos animados. Tendrá usted que despegarlo
usando su paciencia, una botellita de agua y una única mano, ya que en la otra
sostiene a una niña berreante.
GASTO
CALÓRICO TOTAL: 7.000 calorías
¡Ya lo
tiene! Ha perdido usted en tres días lo que ganó en una semana. Ha perdido los
nervios, la paciencia y la relajación. Bueno, y tres kilitos como tres soles,
que el sistema funciona, no diga usted que no. Si quiere recuperarlos, planee
un fin de semana en pareja para disfrutar de Barcelona, en otoño y sin niños.
4:50
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