Ni una ni dos, sino tres veces. Tres veces me han llevado a un quirófano,me han puesto la anestesia epidural, me han colocado una sabana verde a un palmo de la nariz a fin de que no vea mis propios interiores desparramados, me han sacado a la criatura, visiblemente contrariada ante el hecho de tener que abandonar un útero calentito y aparecer en un quirófano,y, afortunadamente,me han vuelto a coser.




La primera vez que me paso supuso una experiencia bastante desagradable, básicamente porque ya llevaba 14 horas intentando sacar al mochuelo por el orificio correspondiente, orificio por el cual todo el mundo metía la mano, pero salir, lo que se dice salir, nada, y tras esas 14 horas sin comer, sin beber y sin dormir acabar en un quirófano digamos que no es lo que mas ilusión puede hacerte. Una sueña con ese parto de película en el que una matrona con bata tirando a regordeta y un ginecólogo canoso te animan a empujar mientras tu respiras sudorosa y le agarras la mano al marido hasta destrozarle las falanges; y no, al final acabe en el quirófano con un anestesista que, o bien era un oompa-loompa o a mi me habían puesto morfina el el gotero y estaba empezando a desvariar.




Y después de la operación viene la recuperación, que es una autentica mierda. Duele mucho, mas o menos cono si te rajan la tripa de lado a lado y luego te la vuelven a coser, una cosa así. ponerse en pie o caminar no es una opción, salvo si una enfermera con cara de mala leche se te planta delante y te dice que o te levantas a hacer pis o te sondan. Con el estimulo adecuado cualquiera puede caminar.




La segunda vez la cesárea surgió del fracaso de nuestra intentona de un parto natural después de cesárea. La ginecóloga tenia fe, se paso el embarazo diciendo que se podía lograr, que si me ponía yo sola de parto y la cosa iba normal que tendría un parto natural. La fe la perdió en la semana 41 cuando el morcón pesaba ya cuatro kilos y no había señales de que estuviera dispuesto a abandonar mi útero. Así que me programo la cesárea y la cosa fue bastante mejor que la anterior. Es lo que tiene ir ya sabiendo lo que va a pasar. No hubo drama, no hubo agotamiento y curiosamente no hubo oompa-loompa, de lo que deduzco que la vez anterior estaba yo, lo que se dice, puesta hasta las cejas.




La tercera vez ya estaba cantada. Cuando llevas dos cesáreas ya no hay opción a un parto vaginal, que hay que ver el lado bueno, ya que abren pueden aprovechar para otras cosas, como ligarte las trompas. Para lo que no aprovechan es para hacerte una lipoescultura y una abdominoplastia, lo sugerí en el-quirófano y no parecieron dispuestas a traspasar los limites entre la ginecología y la cirugía plástica. Así que volví a la habitación siendo yo y no Elsa Pataki, y desde mi experiencia con las cesáreas pude plantearme y resolver ciertas cuestiones que en ocasiones anteriores me atormentaban del tipo: "La enfermera que viene a apretarte la tripa recién operada ¿ es sadismo o simplemente es que es una hihaeputa?", o, "hacer de vientre después de la operación ¿puedes apretar o peligran los puntos?", así como " Toser: muy mala idea".




De todas formas en esta ocasión la recuperación ha ido mucho mejor, no se si es que mi cuerpo ya se ha acostumbrado a las cirugías mayores abdominales o ha sido por mi programa de entrenamientos prenatal, que alternaba dos días de natación con tres de pilates para embarazadas, largos paseos y donuts fondant. Lo de los donuts a lo mejor he contribuido al aumento de mi culo y no a la recuperación, pero esas maravillas glaseadas de chocolate han hecho mi vida mas feliz estos últimos meses, y así sigo, tan feliz en mi inconsciencia, madre de familia numerosa. Aun no debo ser consciente de lo que se me viene encima, pero tengo la intuición de que me van a hacer mucha falta los poderes ninja a partir de ahora.

Comments ( 7 )

On 14 de abril de 2014, 6:58 , Ele dijo...

Hija mía... lo de las 14 horas de parto y las tres cesáreas hacen pensar que tus hijos no han sacado tu arte ninja para llegar a este mundo :-)
Tienes toda mi admiración ¡ir a por un tercero después de todo! Impresionante.
Yo salgo de cuentas hoy y ver que publicas me ha dado esperanzas sobre el mantenimiento de mi blog, yo que ya me había comprado el plumero para sacarle las telarañas.
Ya me he enrollado bastante ¡felicidades por esos tres ninjas tan guapos! Besos

 
On 15 de abril de 2014, 0:18 , La madre del monillo dijo...

Yo he comentado pero no lo veo.....

 
On 15 de abril de 2014, 0:19 , La madre del monillo dijo...

Bueno te decia que yo he oido que la segunda cesarea ya la recuperacion es mucho mejor con una tercera tiene que ser ya la reina.
Que es un placer leerte y que señora ninja suerte con su nueva aventura de madre de familia numerosa, eso sí hágase con otra catana pronto

 
On 15 de abril de 2014, 14:17 , Unknown dijo...

Yo creo que los donut han sido la clave, Blanca... de qué si no iban a estar los pequeños ninja tan felices sino de una madre tan feliz!
Aunque lo mismo son los donut lo que hacen que se parezcan tanto al samurai... lo has considerado...?
Un beso grande y a la vuelta de las vacaciones te coges la minivan o nos la cogemos nosotros, pero nos vemos!!!

 
On 16 de abril de 2014, 3:51 , Planeando ser padres dijo...

Lo de la enfermera que amenaza con que vayas al baño caminado o te sondan me suena mucho. Yo, sin cesárea, intenté cumplir e ir 3 o 4 veces pero de allí no salía ni una gota y al final me sondaron 2 veces y oye ¡agradecida! Después de 3 cesáreas para expulsar a los churumbeles al mundo ¿no te quedarán ganas de más, no? Qué malas deben ser esas recuperaciones.

 
On 20 de abril de 2014, 11:55 , Aurora Cuero. dijo...

Felicidades!!, no por esas tres cesáreas soportadas con tu hiperextrasuperfuerzaNinja, sino por ese cachorrillo lindo que debes ya tener junto a tus carnes. Que sea el principio de muchos momentos bonitos.
Un besazo

 
On 28 de abril de 2014, 3:32 , Madreconcarné dijo...

Eres grande. No más fuera por cómo lo cuentas.
Ah, y enhorabuena.