El guerrero Ninja se encuentra exhausto. Ha superado las pruebas más crueles, el tormento físico, la paranoia, la impotencia; pero aún ha de atravesar dos puertas para alcanzar la iluminación.

 

Cuarta puerta: Ansiedad. Pero no la del bolero, la chunga, la del trastorno. La que se produce tras cuatro largas e ininterrumpidas horas escuchando la palabra “mamá” agujerearte el cerebro con la técnica de la gota malaya. Mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, mamá, hasta rozar la psicosis; hasta el día que tocas fondo, vas a un parque con los niños y te parece que cualquier “mamá” va dirigido a ti. Y te encuentras a ti misma sacando una pala de la boca a una niña desconocida, empujando a otro en un columpio, ayudando a uno a bajar del tobogán y cantando soy una taza con una bolsa del Carrefour en la cabeza. Y el resto de las madres desconocidas, incluyendo aquella que en un primer momento se refirió a ti como “la nanny” o “la filipina”, haciendo cola para quedar contigo el próximo día que bajes.

 

La ansiedad no tiene horario, no descansa. Esta, que aquí escribe, contó la noche anterior como la quinta seguida en la que no consigue pegar tres horas seguidas el ojo. Por efectos del calor, los nervios de las vacaciones, la falta de rutinas o los puñeteros gormitis de las pelotas (los hay de agua, aire, bosque, tierra, volcán y laspelotas, y todos son absurdos y violentos a partes iguales) los niños no duermen bien, y esto supone que la menda, que a la sazón se levanta a las cinco de la mañana, tenga que pasar la noche brincando de su cama al dormitorio infantil cada vez que alguien quiere agua, tiene calor, frío, pis o ganas de tocar las narices. ¿Que por que no va el Samurai, decís algunas con airada expresión y brazos en jarras? Si que va, pero va si yo le despierto, porque el por si mismo no lo oye. Carece de respuesta a llamadas nocturnas igual que carece de capacidad para encontrar los calzoncillos. Y claro, aunque vaya el, yo ya me he despertado igual. Necesito dormir una noche sin interrupciones o empezaré a hacerle caso a la vocecita de dentro de mi cabeza que me pide que os queme a todos.

 

Quinta puerta: Ñonería. Que así dicho, y después de tanta intriga, pensaréis, pues vaya mierda de puerta. Ya, claro. Yo puedo soportar, entender y calmar con maternal amor, los llantos auténticos, los de alguno que se ha dejado los dientes en el suelo o se ha pillado los dedos con la puerta ignorando mis dotes premonitorias ( te vas a caeeeeer, te vas a pillaaaar ). Lo que no puedo soportar es esa especie de gruñido gutural del que echan mano cada vez que el universo no se mueve según sus apetencias: -mñaaaaa, no quiero esa camiseta, quiero la de Spiderman- mnñeeeeee no todos mis macarrones tienen exactamente la misma cantidad de tomate por encima – mnñiiiiiii mi hermano tiene medio centilitro de zumo más que yoooooo. Y así, ad infinitum y más allá.

 

¿Soluciones? no muchas, el tema del azote en el culo no lo acabo de ver claro, y me han dicho que los campamentos de trabajos forzados en Siberia ya no son lo que eran; esperar, supongo, cuando se hagan mayores se les pasará la ñoñería, aunque perderán esos hoyuelitos que tienen en las manos transformándose en nudillos, una pena. De todas formas hay gente adulta por ahí paseando sus nudillos y toda la ñoñería intacta; así que crecer no es garantía de nada. Como me pase eso con mis hijos la opción de Siberia se convierte en la única aceptable, voy a ir reservando el billete, pero no para ellos, para mí.

 

 

Y al fin, joven guerrera Ninja, tras haber superado las cinco puertas del infierno se abre ante ti la última puerta, la que conduce a la iluminación. El momento en el que tu mente se vacía, en el que abandonas los deseos y las necesidades terrenales; el anisado momento en el que tus padres se llevan a los niños una semana a la playa. Has alcanzado el Zen. 

Comments ( 16 )

On 16 de julio de 2013, 5:19 , Anónimo dijo...

Acabo de leerte enterita, del último post al primero. Me siento totalmente preparada para encauzar los próximos años de mi querido retoño de un año. No porque sepa lo que hacer, si no porque no creo que nada me pueda sorprender después de leerte!!!! Qué bonita es la maternidad!!! (con y sin ironía)
Me has encantado.

Merce

 
On 16 de julio de 2013, 10:12 , Silvia RM dijo...

Me encanta lo de los hoyitos en los nudillos :) Yo,cuando leo estas cosas, me da por pensar en el mañana con Monstruita. Ains, todo se andará.

 
On 16 de julio de 2013, 11:51 , Anónimo dijo...

¡Felicidades por tener a esos abuelos playeros y responsables de los niños que te permiten un ratito de tranquilidad!

 
On 16 de julio de 2013, 14:30 , Pilar / MamásFullTime dijo...

Querida, apreciada y admirada amiga:
Mientras ingiero un gintonic que amablemente se ha currado el SantoPadre, precisamente hoy que se han ido los dos a la cama "castigados" porque ElCanijos ha metido su ropa (calzoncillos, pantalones, camiseta y calcetines) junto a su toalla, en la piscina... mientras ElMayor se partía la caja de risa... Pues eso.. que te comprendo, te apoyo y te acompaño a Siberia cuando digas.
Un cordial saludo.

 
On 16 de julio de 2013, 14:39 , LaMamádelaBebédePucca dijo...

Jajaja. Gracias por la sabiduría maestra...

 
On 16 de julio de 2013, 22:36 , Papalobo dijo...

Jatetu que lo de la ñoñería pensé que era algo mío, una de mis manías. A partir de qué edad les admiten en el campamento ese? :-P

 
On 18 de julio de 2013, 2:09 , Madreconcarné dijo...

Je, je, je. La misma vida, oyes.
(En la cuarta puerta creo que hay una foto ilustrativa de mi cuñada Párvati encima del dintel.)

Me atrevo a añadir una variante a la quinta puerta: enfrentarse a la negación de la evidencia. Evidencia que no les conviene o no les apetece, claro. Esto es:
"Recoge eso ... (unos papeles, unos zapatos, la cartera, etc.) que lo has tirado tú."
"¿Yo? ¿Yo? ¡Si yo no he sido!"
"Pero si te acabo de ver"
"¡Yo no he sido!, ¡Jo, siempre me toca a mí!"
"Que te acabo de ver, que lo he visto ahora mismo ¿Cómo puedes negarlo?"
"¡Que yo no he sido! ¿Que ha sido ... (aquí puede añadirse desde hermanos hasta progenitores, con inclusión de niños de pecho, verídico.)"
"¡¡¡¡Pero si te acabo de ver!!!!"

 
On 18 de julio de 2013, 6:04 , Blanca dijo...

Lo de los nudillos es una de las cosas que más pena da, son tan bonitos!!

 
On 18 de julio de 2013, 6:06 , Blanca dijo...

Un gintonic es lo mínimo que te mereces, de alguna manera hay que soportar tanto sufrimiemto

 
On 18 de julio de 2013, 6:07 , Blanca dijo...

De nada,soy la Wikipedia ninja

 
On 18 de julio de 2013, 6:10 , Blanca dijo...

A mi la ñoñería (de niños y adultos) me pone los pelos de punta. Para lo de Siberia habría que informarse,lo mismo nos hacen precio de grupo

 
On 18 de julio de 2013, 6:12 , Blanca dijo...

Totalmente de acuerdo con esa puerta. En realidad hay tantas puertas como sufrimientos, y yo no veo más que puertas por todas partes!!

 
On 18 de julio de 2013, 6:13 , Blanca dijo...

Joven guerrera ninja: descubrirás que tu pequeño tiene capacidad para sorprenderte y ponerte en situaciones surrealistas siempre. Lo bueno es lo mucho que te ríes

 
On 18 de julio de 2013, 6:15 , Blanca dijo...

Gracias a ellos mantengo más o menos mis facultades mentales

 
On 20 de julio de 2013, 15:24 , Mimitos de Mims dijo...

Buenas noches, te hemos dejado un premio en nuestro blog, pasa a recogerlo cuando quieras. Un abrazo

 
On 22 de julio de 2013, 16:15 , Unknown dijo...

jajajajaaja qué carota!! los empaquetas a casa de los abuelos y eso NO vale!! jajaj disfruta :D