El guerrero Ninja conoce las artes de la lucha cuerpo a cuerpo, pero también sabe que lo más difícil de aprender en las artes marciales es cómo no utilizarlas.

 

Hay muchos días en los que me acuerdo de mi abuela. A decir verdad me acuerdo casi siempre, últimamente con preocupación, porque empieza  a notársele la edad, aunque la edad ha tardado bastante en hacerse notar. Mi abuela pasa ya de los ochenta años, y tengo la suerte inmensa de tenerla aún aquí y de que conozca a mis hijos. Mi abuela tenía un pequeño negocio casero de costura, tenía cinco hijos y tenía una habilidad pasmosa para el lanzamiento de zapatilla directo a cabeza de niño que la está liando. Lo que no tenía mi abuela era tiempo para tonterías.

 

Hay muchos días en los que me acuerdo de ella y me dan ganas de liarme con la zapatilla en plan deporte olímpico. Lanzamiento a blanco en movimiento o lanzamiento ciego a blanco berreante, cualquiera de las dos categorías.

 

Porque la violencia en mi casa aparece en un rincón insospechado y se expande como el napalm, hay que ponerse a cubierto o te pilla.  La cosa suele empezar inocentemente, jugando en el suelo con los coches del puñetero Rayo Macqueen (sospecho que Pixar financia las películas con lo que yo me gasto en rayos macqueenes y similares). Pese a que atesoramos un número tan alto de ellos que ya me he propuesto inventariarlos, siglarlos y darlos de alta en una base de datos, ellos siempre quieren el mismo coche: el que tenga su hermano en este momento. Y para conseguirlo, nada mejor que una buena ostia en toda la cara con cualquier objeto de contundencia media-alta. Y luego, a chillar, los dos, al que le han dado porque le duele y el que ha dado por si cuela. Entonces, aparezco yo por la puerta, en plan valquiria justiciera (pelo al viento, coraza y botas) y meto un berrido igual o mayor en decibelios, si es menor, obviamente el tema de la coraza y las botas queda muy deslucido. Mi primer impulso de hembra homínida es liarme a zapatillazos, pero cientos de miles de años de evolución me contienen y me cambian la zapatilla por un castigo de los de “a pensar”.

 

Pero hay días en los que la cosa se descontrola. Como ayer, mismamente, cuando estábamos en el vestuario del polideportivo, cambiándonos para las extraescolares. Como el Mayor va a fútbol pues lleva todo orgulloso su traje de la selección española (el mejor equipo del mundo, igual que el Real de Madriz, según sus propias palabras). Por supuesto, el Rubio también tiene su traje de la selección y se lo pone aunque el no vaya al fútbol sino a psicomotrocidad. Cuando voy a vestirles, me doy cuenta de lo malamadre que soy y de que he traído el traje completo del mayor, pero que de el pequeño solo he traído la camiseta. Hago de tripas corazón y confío en que no se de cuenta, intentando distraerle mientras le pongo la camiseta de “Epaña”. En esto que se para, me mira raro, mira a su hermano y me pregunta “¿pantalón Epaña?”  “No hijo, no me lo he traído” afrontemos juntos este duro golpe lo antes posible. Y empieza el show. Se lía a dar berridos tremebundos por todo el vestuario que, a la sazón, tiene una acústica que ni el teatro Romano de Mérida, mientras se tira compungido del escudo y grita “Epaaña, Epaaaña”. Vamos, que llega a esta allí Artur Mas y se me hace del PP. Las que si estaban por allí eran las otras madres, sentadas en un banco como si nada e intentando seguir con las conversaciones mientras me lanzaban miraditas reprobatorias que no hacían mas que subir mi nivel de estrés. Primero, intento negociar ( “ venga hijo, cuando salgas de clase te compro un zumo en la máquina” ), luego, amenazo con el castigo, luego castigo de verdad sentando al niño en el banco y quitándole el macqueen, lo que no consigue mas que el aumento de los decibelios y un par de patadas directas a mis espinillas. La profesora a punto de llegar a llevarse a los niños al aula de pricomotricidad y el vestuario al completo mirándome a ver si consigo callar al desagradable y maleducado niño, no como su Alvarito que mira que bien se está portando. Y en ese momento Alvarito comenta inocentemente a su madre” mamá, dile que se calle a ese niño”  Y su madre, mirándome  con algo menos de inocencia “ya hijo, ya le va a hacer callar su mamá”. Dicho y hecho. Agarro al Rubio por la parte de atrás de la camiseta de “Epaña”, me lo llevo a las duchas, le meto la cabeza debajo de una de ellas y abro el grifo. Se hace el silencio. Salgo de nuevo al vestuario llevando de la mano al niño con el pelo mojado; ahora me toca a mi lanzar una mirada a Alvarito como diciendo “¿alguien mas se quiere dar una ducha?”, a la que el responde escondiéndose detrás de su madre. Al Rubio le seco el pelo con una toalla, le cambio la camiseta y se va a clase como una malva. Las otras madres lo flipan, no saben si aplaudirme o salir corriendo, yo, que tampoco lo tengo claro, me subo al gimnasio del polideportivo y salgo corriendo, pero en la cinta de correr.   

 

Cuando le recojo, el desgraciao está mas feliz que una perdiz (y yo que me había estado torturando por torturarle en plan guantánamo ). Lo  que ha quedado claro de esto es, a mi, que no me puedo olvidar los pantalones y que el amor por su selección va mas allá de los límites comprensibles, a el, que cuidadito con mamá, que, aunque no lo parezca tiene sus límites, y a las madres del polideportivo, que este año hay una madre grillada y que lo mejor será no dirigirme la palabra. 

Comments ( 15 )

On 17 de octubre de 2012, 5:09 , La madre del monillo dijo...

Olé tus cojones morena!!! pero jamás se me habría ocurrido mejor solución, a pena no haber metido a Alvarito.

De rayos macuinpollas y berrinches varios sé demasiado ultimamente y de miraditas ajenas matadoras, más todavía...

 
On 17 de octubre de 2012, 5:23 , Bárbara Porto dijo...

Ay, lo que me he podido reir... A mí la "zapatilla-voladora", o "zapatilla-veloz", que la denominación va por barrios, me parece un inventazo, aunque tampoco me atrevo a ponerlo en práctica.
Y es que, si te soy sincera, creo que tu hijo no era quien más la merecía... Si, en efecto, estoy pensando en "alvarito", más en concreto en la "mamádealvarito". Zas! Zapatillazo!
De momento me conformo con fantasear sobre ello... mejor, no?

 
On 17 de octubre de 2012, 5:35 , La Armadilla dijo...

Jajaja, me recuerda a una vez, allá por junio,casi las 4 de la tarde y un calor para morir y la amiga que no quería andar, además es que siempre se paraba en una esquina al lado de la parada del cercanías, yo creo quer era para que todo el mundo que llegaba de currar la viera montando el número. Además es que la tía se paraba al sol, como ellos parece que no sienten ni frío ni calor...pero yo estaba al borde de la lipotimia,así que me harté y le vacié media botella de agua en la cabeza...sí, tuve que aguantar miradas reprobatorias y sí, ella se indignó muchísimo, pero arrancó a andar y me dijo "Mamá, yo te quiero mucho ¿me perdonas?" ;)

 
On 17 de octubre de 2012, 5:40 , Unknown dijo...

Vaya con Alvarito, y su mamá. Eso sí, le diste la razón. Porque lo hiciste callar, ¿no?

¡Anda que no me ha metido veces a mí mi padre la cabeza debajo de una fuente en la piscina por un berrinche para no comer! Creía que era una práctica en desuso...

 
On 17 de octubre de 2012, 6:28 , Blanca dijo...

A la madre de Alvarito me hubiera gustado verla en mi situación, a ver como calmaba al monstruo. Me da a mi que los alvaritos estos montan el triple de numerito en un berrinche

 
On 17 de octubre de 2012, 6:29 , Blanca dijo...

La zapatilla es mejor arma que un misil tomahawk

 
On 17 de octubre de 2012, 6:29 , Blanca dijo...

Siejque el agua fría es buena para todo!!

 
On 17 de octubre de 2012, 6:31 , Blanca dijo...

Los buenos métodos no deben perderse, yo no era la primera vez que lo hacía, debo confesar

 
On 17 de octubre de 2012, 7:07 , Anónimo dijo...

La puntería de la abuela con la zapatilla era prodigiosa. Muchas veces tiraba sin mirar y siempre mos daba, a cualquiera de los cinco....

 
On 17 de octubre de 2012, 10:02 , Unknown dijo...

Como me rio siempre con tus posts, desde luego esas practicas de vez en cuando hay que usarlas si o si aunque sea solo por el estres del momento. Aunque te advierto una cosa a quien me habria llevado a la ducha es a alvarito y a su madre, eso si que desahoga!!!

 
On 17 de octubre de 2012, 13:10 , Blanche´s Blog dijo...

jajaja en serio, a mi nunca me han metido la cabeza debajo de la fuente ni de la ducha, a mi me daban mis cachetes porque era más mala que nada!! Me apunto lo del agua como "elemento calmante de berrinches infantiles"

Besos Blanca

 
On 17 de octubre de 2012, 13:38 , DesastremaDre dijo...

Jajaja.¡qué grande eres! buenísimo, me apunto el recurso para algún momento de desesperación. Y que sepas que las otras madres querían aplaudirte pero les dio miedo por si las duchabas también a ellas. ;)

 
On 18 de octubre de 2012, 5:20 , Unknown dijo...

Yo lo que haría es llevar algún aparato de alta fidelidad en el que pudieses grabar un par de gritos del samurai, seguro que al ponerlo en marcha se caga hasta el entrenador de fútbol... ¡¡¡¡Grande Ninja!!!!

 
On 21 de octubre de 2012, 4:26 , Unknown dijo...

Nena, eres buena, eres MUY buena, eres LA MEJOR! Cuando he leído que metiste al enano bajo el grifo, casi llamo yo a los asistentes sociales pero, bien pensado a grandes males, grandes remedios..
Lo de querer lo que tu hermano/a tenga, no se pasa con los años: mi cuñado le digo a mi hermana «lo único que me preocupa de tener vástagos contigo es que a tu hermana le va a gustar más el nuestro que su Rana... Ya verás como te lo va a querer cambiar!»

 
On 21 de octubre de 2012, 10:13 , Anónimo dijo...

Lo de la ducha creo que es una sugerencia de la abuela, pues un día que la debíamos de tener muy harta, a uno se nosotros que hicimos una trastada nos dijo: "si te cojo ( momento de duda sobre lo que iba a hacer) .... Te remojo". Veo que tomaste nota.