El Hijo de Cesar Millán, probablemente, el niño mejor educado del mundo
Tengo una teoría revolucionaria en cuanto a la educación de los niños. Como es revolucionaria puede ser también bastante incomprendida o incluso ofensiva para ciertas sensibilidades. Pero como es mía y este es mi blog pues yo aquí la lanzo: En muchos aspectos, la educación de un niño pequeño se parece al adiestramiento de los perros. ¿Eh? ¿Cómo se queda el cuerpo? Ahora me explico.

Un niño pequeño no entiende tanto tus palabras como el tono en el que las pronuncias y la manera en la que te mueves cuando las pronuncias. Si un bebé llora mucho y tú, porque eres humana, tienes sistema nervioso y no estás sorda, te pones nerviosa con la llantina, lo normal es que aparentes nerviosismo, hables más deprisa y en un tono más agudo, lo que, naturalmente, pone más nervioso al bebé y entras en un ciclo infernal.

Un perro tampoco entiende lo que le dices. Por mucho que se empeñe la gente en hablarles a los perros, los perros no se enteran. Si, te miran fijamente, pero es para intentar entender qué farfullas, a través de tu lenguaje corporal. Y claro, si una señora se acerca a un perro de frente, sonriendo y chillando en ese tono tan agudo de las señoras “ayyyy que perrito precioso”, pues el perro se acojona (vamos, y yo me acojono también).

Un niño necesita ejercicio físico diario. Y tú debes proporcionárselo llevándole al parque a que salte y corra, porque saltará y correrá allí dónde esté; en tu casa, en el dentista, en el Carrefour…dónde le pille. Prueba a tener encerrados en casa a dos niños pequeños durante varios días, aunque sea por motivos importantes, que a ellos no les preocupan, como una tormenta de nieve o una gripe. Ahora, súmale un perro. Es la manera más rápida de adquirir un trastorno por ansiedad-depresión.

Un perro necesita ejercicio físico diario. Salir a hacer “sus cosas” (para un humano “hacer sus cosas” es salir a hacer recados, para un perro, es salir a cagar) tres veces al día no es suficiente. Necesita correr y saltar; y correrá y saltará allí dónde esté, generalmente dentro de casa, ocasionando serios daños materiales.

Un perro es dependiente de ti al 100%. Si no le das de comer, no come, si no le limpias después de sacarle de un charco o de que se haya rebozado en “las cosas” de otro perro así se queda, y si no le enseñas quien es el jefe destrozará tus mejores zapatos, pasará de ti cuando le llames y se comerá todo lo que pille cuando no mires. Este párrafo me vale tal cual si cambiamos la palabra “perro” por la palabra “niño” o “niña” En mi caso vale así como está, con lo de destrozar los zapatos y rebozarse en los sitios incluido.

Yo, para ahorrar tiempo, en vez de ver la supernanny, veo a Cesar Millan y lo aplico tanto al perro como a los niños, aunque debo ser mejor adiestradora de perros que de niños, porque cada vez que vamos al campo y los dejo sueltos a los tres, al perro sólo me hace falta llamarlo una vez para que vuelva, en cambio a los niños les gasto el nombre y al final tengo que ir a buscarlos entre gritos y amenazas.   

Dos de los tres mamíferos a los que adiestro en mi casa, sacaron ayer esta sandía de la nevera y se la comieron a bocaos


Comments (1)

On 8 de noviembre de 2012, 14:57 , Anónimo dijo...

Tenía que decirte que mi madre tiene décadas de experiencia como maestra de preescolar, una gran vocación y una mano divina con los niños, y eso de la analogía adiestramiento canino - educación infantil se lo he oído decir toda la vida. Talmente. Ahí le has dao.