Ya desde niño un Ninja pasaba por un entrenamiento mucho más exigente que el de un Samurai. No solo aprendía el manejo de las armas y de las artes marciales sino que además debía nadar y bucear perfectamente, trepar a los muros de un castillo, preparar explosivos y venenos y se les entrenaba en la supervivencia en campo abierto.

Una Madre Ninja también tiene un entrenamiento más exigente que el de un Padre Samurai (concepto que exploraremos más adelante):

Debe nadar y bucear perfectamente; sin ir mas lejos, yo bucee perfectamente el verano pasado con ropa y zapatillas para sacar al pequeño Kamikaze que se lanzó a la piscina sin manguitos ni nada, con el agravante de que no creo yo que un Ninja de Japón pase previamente por la depilación láser, con la tortura y el desembolso que supone, para ir todas las semanas a la matronatación.

Debe trepar; a los columpios básicamente, pero también a todo tipo de vallas, altillos y muretes o bien detrás de un niño o bien para rescatar una pelota, cometa o similar. En mi caso trepé para saltar al otro lado de una valla de la piscina municipal en la que se había colado por error “mi coche más favorito, Mamá, el favoritísimo, no puedo vivir sin el”, un argumento irrefutable para mi, claro, no para el tipo de mantenimiento que me echó la bronca cuando me vio encaramada a la verja. Por si hay curiosidad, diré que “el favoritísimo” fue reemplazado por otro igual o mas favoritísimo exactamente 24 horas después. 

Debe preparar con maestría, ya no explosivos y venenos, que eso lo hace el más tonto de primero de química, sino platos que combinen las cinco raciones de fruta y verdura, fibra, omega 3, vitaminas varias, macarrones y chocolate. A Ferrán Adriá le quería yo ver por las noches en mi cocina, a ver si deconstruía la menestra de verdura con Ketchup.

Debe estar preparada para la supervivencia en campo abierto. Campo abierto, para una Madre Ninja es tanto ir de excursión, como cruzar la calle o ir al Mercadona. El día que me vi intentando cruzar una calle tirando con una mano de la correa del perro, con la otra evitando que el Rubio atropellara a los coches con la moto de moltó y gritándole al Mayor que no había peligro y que podía cruzar mientras el chillaba “me va a pillar un coche, no quiero morir” entendí que aquella sucia charca era Vietnam y que yo estaba muy lejos de Kansas.

Aunque el campo de batalla mas duro es el parque, pero con eso tengo para un post entero.

Comments (1)

On 4 de octubre de 2012, 12:38 , Unknown dijo...

eres grande! "y gritándole al Mayor que no había peligro y que podía cruzar mientras el chillaba “me va a pillar un coche, no quiero morir” entendí que aquella sucia charca era Vietnam y que yo estaba muy lejos de Kansas"... me parto!