“Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro; si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra; si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla”  Sun Tzu, El Arte de La Guerra.

Una de las armas mas valiosas que posee una Madre Ninja la leemos en esta cita se Sun Tzu pero también la decía mi abuela: “te conozco como si te hubiera parido”. Conocer a las criaturas como sólo las conoce su madre te da ese instinto de madre que nunca se pierde y que te ayuda a saber cuando están mintiendo, cuando está pasando algo (están muy callados y la tensión flota en el ambiente), cuando es caca o pis lo que se está haciendo encima en ese momento, unos segundos vitales de ventaja para soltar la frase “ cariño, cámbiale tu, que yo lo hice antes”; y que en un futuro nos será útil en situaciones como “ no has hecho los deberes”, “ faltaste ayer a clase” o “ no, no creo que lo que te sentara mal anoche fuera la coca-cola precisamente ”

En mi caso, conozco perfectamente a mis mini-ninjas, pero para que el lector se haga una idea, daré algunos datos:

El Mayor: Casi cinco años. Tanquilo, ordenado, metódico. No es el típico niño de “Mamá, mira, sin manos” con lo que en lo físico me da un respiro, pero en lo psicológico está su campo de acción. Yo, cuando le veo venir con media sonrisa diciendo “vamos a hacer un trato” me echo a temblar. Porque el siempre intenta salirse con la suya siguiendo tres fases: Rabieta (pues no quiero desayunar y punto) Negociación (me como tres mordiscos de esta galleta y tu cuatro, que tienes mas hambre) y Drama (“Tengo alergico”  a estas galletas y me estás obligando a comérmelas, tu quieres asesinarme). Grandísimo actor en ciernes, si no, al tiempo.

El Rubio. Dos años y medio. De bebé era muy tranquilo, pero cuando, con siete meses le vi en el suelo de la cocina compartiendo el pienso con el perro empecé a sospechar. Con año y medio abría el lavavajillas, sacaba una cuchara y se iba beber al water. A los dos años había ido a urgencias cinco veces por golpes kamikazes y ninguna por estar enfermo. Todos los niños del cole le conocen (aún no se si esto me gusta o me asusta), y, viendo cómo maneja el IPhone sin que nadie le explique nada me planteo si es Steve Jobs reencarnado.   

En el transcurso de un par de horas se pelean, juegan, se pelean, me buscan la ruina, lían alguna, y se pelean. Pero el mejor momento de ese par de horas es cuando consigo sentarme con ellos a leer un cuento y me abrazan. El descanso del guerrero.

Comments ( 2 )

On 4 de octubre de 2012, 12:34 , Unknown dijo...

No es por ná pero el rubio kamikace es un niño con muy buenos modales: bebe del váter, vale PERO CON CUCHARA.... JUAJUAJUAJUA!

 
On 4 de octubre de 2012, 21:47 , Blanca dijo...

El niño esta tan bien educao que me lo puedo llevar al palacio real a ver a Juancarlos. Eso si, con su cucharita por si le entra sed...